Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.
Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.
Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.
Somos bárbaros, sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.
De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos
y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.
¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.
No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.
Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.
Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.
Vuelvo a decirte quién eres.
Vuelvo a pensarte, suspenso.
Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que empiezo.
No quiero justificarte
como haría un leguleyo,
Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.
España mía, combate
que atormentas mis adentros,
para salvarme y salvarte, con amor te deletreo.
domingo, 13 de marzo de 2016
Salvador Allende - Ultimo discurso
(fragmento)
Sigan ustedes sabiendo que,
mucho más temprano que tarde,
de nuevo se abrirán las grandes alamedas
por donde pase el hombre libre,
para construir una sociedad mejor.
Sigan ustedes sabiendo que,
mucho más temprano que tarde,
de nuevo se abrirán las grandes alamedas
por donde pase el hombre libre,
para construir una sociedad mejor.
jueves, 10 de marzo de 2016
Antonio Machado - La saeta
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
jueves, 3 de marzo de 2016
Miguel Hernández - Es tu boca
Una herida sangrante y pequeña;
del purpúreo coral doble rama;
un clavel que en el alba se inflama;
una fresa lozana y sedeña.
Rubí, en dos dividido, que enseña
si se entreabre, blanquísima escama;
amapola, flor, cálida llama;
nido donde el amor canta y sueña.
Incendiado retazo de nube;
corazón arrancado a un querube;
fresco y rojo botón de rosal…
Es tu boca, mujer, todo eso…
Mas si cae dulcemente en un beso
a la mía, se torna en puñal.
del purpúreo coral doble rama;
un clavel que en el alba se inflama;
una fresa lozana y sedeña.
Rubí, en dos dividido, que enseña
si se entreabre, blanquísima escama;
amapola, flor, cálida llama;
nido donde el amor canta y sueña.
Incendiado retazo de nube;
corazón arrancado a un querube;
fresco y rojo botón de rosal…
Es tu boca, mujer, todo eso…
Mas si cae dulcemente en un beso
a la mía, se torna en puñal.
Miguel Hernández - Pastoril
Junto al río transparente
que el astro rubio colora
y riza el aura naciente
llora Leda la pastora.
De amarga hiel es su llanto.
¿Qué llora la pastorcilla?
¿Qué pan, qué gran quebranto
puso blanca su mejilla?
¡Su pastor la ha abandonado!
A la ciudad se marchó
y solita la dejó
a la vera del ganado.
¡Ya no comparte su choza
ni amamanta su cordero!
¡Ya no le dice: "Te quiero",
y llora y llora la moza!
***
Decía que me quería
tu boca de fuego llena.
¡Mentira! –dice con pena!–
¡ay! ¿por qué me lo decía?
Yo que ciega te creí,
yo que abandoné mi tierra
para seguirte a tu sierra,
¡me veo dejada de ti!...
Junto al río transparente
que la noche va sombreando
y riza el aura de Oriente,
sigue la infeliz llorando.
***
Ya la tierna y blanca flor
no camina hacia la choza
cuando el sol la sierra roza
al lado de su pastor.
Ahora va sola al barranco
y al llano y regresa sola,
marcha y vuelve triste y bola
tras de su rebaño blanco.
¿Por qué, pastor descastado,
abandonas tu pastora
que sin ti llora y más llora
a la vera del ganado?
***
La noche viene corriendo
el azul cielo enlutado:
el río sigue pasando
y la pastora gimiendo.
Mas cobra su antiguo brío,
y hermosamente serena,
sepulta su negra pena
entre las aguas del río.
..............................................
Reina un silencio sagrado...
¡Ya no llora la pastora!
¡Después parece que llora
llamándola, su ganado!
que el astro rubio colora
y riza el aura naciente
llora Leda la pastora.
De amarga hiel es su llanto.
¿Qué llora la pastorcilla?
¿Qué pan, qué gran quebranto
puso blanca su mejilla?
¡Su pastor la ha abandonado!
A la ciudad se marchó
y solita la dejó
a la vera del ganado.
¡Ya no comparte su choza
ni amamanta su cordero!
¡Ya no le dice: "Te quiero",
y llora y llora la moza!
***
Decía que me quería
tu boca de fuego llena.
¡Mentira! –dice con pena!–
¡ay! ¿por qué me lo decía?
Yo que ciega te creí,
yo que abandoné mi tierra
para seguirte a tu sierra,
¡me veo dejada de ti!...
Junto al río transparente
que la noche va sombreando
y riza el aura de Oriente,
sigue la infeliz llorando.
***
Ya la tierna y blanca flor
no camina hacia la choza
cuando el sol la sierra roza
al lado de su pastor.
Ahora va sola al barranco
y al llano y regresa sola,
marcha y vuelve triste y bola
tras de su rebaño blanco.
¿Por qué, pastor descastado,
abandonas tu pastora
que sin ti llora y más llora
a la vera del ganado?
***
La noche viene corriendo
el azul cielo enlutado:
el río sigue pasando
y la pastora gimiendo.
Mas cobra su antiguo brío,
y hermosamente serena,
sepulta su negra pena
entre las aguas del río.
..............................................
Reina un silencio sagrado...
¡Ya no llora la pastora!
¡Después parece que llora
llamándola, su ganado!
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