viernes, 24 de julio de 2020

Julio Cortázar - Zipper sonnet

De arriba abajo o bien de abajo arriba
este camino lleva hacia sí mismo
simulacro de cima ante el abismo
árbol que se levanta o se derriba.

Quien en la alterna imagen lo conciba
será el poeta de este paroxismo
en un amanecer de cataclismo
náufrago que a la arena al fin arriba.

Vanamente eludiendo su reflejo
antagonista de la simetría
para llegar hasta el dorado gajo.

Visionario amarrándose a un espejo
obstinado hacedor de la poesía
de abajo arriba o bien de arriba abajo.

Yamagushi Sodo - La cabaña

Esta primavera en mi cabaña.
Absolutamente nada,
absolutamente todo.

César Vallejo - El dolor de las cinco vocales

Ves
lo
que
es

pues
yo
ya
no.

La
cruz
da

luz
sin
fin.

Manuel Machado - Verano

Frutales
cargados.
Dorados
trigales...

Cristales
ahumados.
Quemados
jarales...

Umbría
sequía,
solano...

Paleta
completa:
verano.

Miguel Hernández - Penas ilustres

¿Qué penas tan ilustres son las penas
que se padecen en la serranía!:
¡Qué luminosas penas en la fría
culminación de piedra, y qué serenas!

Félix Antonio González - De dónde vienes

No te preguntaré de dónde vienes
ni a dónde vas... Pasa adelante, hermano.
Partiremos los males y los bienes
de mi zurrón de viejo castellano...

Esta es mi casa: adobe, tierra... Quienes
la amasaron murieron un verano
con un dolor de siglos en las sienes
y un puñado de espigas en la mano.

Partiremos mis males... No, son mios.
Para mí, las sequías y los fríos
y el calor, como un ascua en las entrañas...

Pasa adelante, hermano. Con respeto.
Que en este suelo sabio y recoleto
a bandadas nacieron las Españas.

Tribu Ute - Tierra

Tierra, enséñame el coraje del árbol que se yergue solo.
Tierra, enséñame la libertad del águila que grita en el cielo.
Tierra, enséñame la aceptación de las hojas que mueren cada año.
Tierra, enséñame a olvidarme de mí mismo, como la nieve derretida olvida su vida.
Tierra, enséñame a renacer, como la semilla que se eleva en primavera.

Miguel Hernández - Reloj Rústico

Aquel tajo cerril de la montaña,
el campesino y yo
tenemos por reloj:
la una es un barranco,
otro las dos;
las tres, las cuatro, otros;
la aguja es la gran sombra
de un peñasco que brota con pasión;
la esfera, todo el monte;
el tic-tac, la canción
de las cigarras bárbaras,
y la cuerda la luz... ¡Espléndido reloj!
¡Pero sólo señala puntualmente
las horas, en los días que hace sol!