(framento)
¡Agua para la Tierra!, todo clama,
y, ceñudo, el Señor no la derrama.
¡Ay, sequía, sequía,
ni corre un río ni una madre cría!
Llorad, llorad: lloremos
hermanos de la tierra,
a ver si nuestro llanto apiada al cielo.
Llorad, llorad; lloremos
sobre el inacabable surco abierto
y ante el monte de piedra inacabable,
a ver si redimimos las espigas,
los rebaños, las aves y las hierbas.