lunes, 30 de diciembre de 2019

Carlos Drummond de Andrade - Poema da Necessidade

É preciso casar João,
é preciso suportar Antônio,
é preciso odiar Melquíades
é preciso substituir nós todos.

É preciso salvar o país,
é preciso crer em Deus,
é preciso pagar as dívidas,
é preciso comprar um rádio,
é preciso esquecer fulana.

É preciso estudar volapuque,
é preciso estar sempre bêbado,
é preciso ler Baudelaire,
é preciso colher as flores
de que rezam velhos autores.

É preciso viver com os homens
é preciso não assassiná-los,
é preciso ter mãos pálidas
e anunciar O FIM DO MUNDO.


miércoles, 4 de diciembre de 2019

Lao Tse - Virtud

El que conoce a los hombres es sabio;
El que se conoce a si mismo está iluminado.
El que vence a los otros es fuerte;
El que se vence a sí mismo es poderoso.
El que se contenta con lo que tiene es rico;
El que obra con determinación tiene voluntad.
El que es capaz de mantener su posición resistirá mucho tiempo;
El que es capaz de mantener su influencia vivirá después de su muerte.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Cesare Pavese - Ricordi

Non si ricordano i giorni,
si ricordano gli attimi.

(No recordamos días, 
recordamos momentos). 
 

martes, 5 de noviembre de 2019

jueves, 31 de octubre de 2019

Alfonsina Storni - Tú me quieres blanca

Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.

Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
Me pretendes alba.

Huye hacia los bosques;
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.

Alfonsina Storni - Voy a dormir

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...

Alfonsina Storni - Viaje

Hoy me mira la luna
blanca y desmesurada.

Es la misma de anoche,
la misma de mañana.

Pero es otra, que nunca
fue tan grande y tan pálida.

Tiemblo como las luces
tiemblan sobre las aguas.

Tiemblo como en los ojos
suelen temblar las lágrimas.

Tiemblo como en las carnes
sabe temblar el alma.

¡Oh! la luna ha movido
sus dos labios de plata.

¡Oh! la luna me ha dicho
las tres viejas palabras:

"Muerte, amor y misterio..."
¡Oh, mis carnes se acaban!

Sobre las carnes muertas
alma mía se enarca.

Alma -gato nocturno-
sobre la luna salta.

Va por los cielos largos
triste y acurrucada.

Va por los cielos largos
sobre la luna blanca.

domingo, 27 de octubre de 2019

Antonio Machado - Don Francisco Giner de los Ríos

Los párvulos aguardábamos, jugando en el jardín de la Institución, al maestro querido. Cuando aparecía don Francisco, corríamos a él con infantil algazara y lo llevábamos en volandas hasta la puerta de la clase. Hoy, al tener noticia de su muerte, he recordado al maestro de hace treinta años. Yo era entonces un niño, él tenía ya la barba y el cabello blanco. En su clase de párvulos, como en su cátedra universitaria, don Francisco se sentaba siempre entre sus alumnos y trabajaba con ellos familiar y amorosamente. El respeto lo ponían los niños o los hombres que congregaba el maestro en torno suyo. Su modo de enseñar era socrático: el diálogo sencillo y persuasivo. Estimulaba el alma de sus discípulos -de los hombres o de los niños- para que la ciencia fuese pensada, vivida por ellos mismos.

Muchos profesores piensan haber dicho bastante contra la enseñanza rutinaria y dogmática, recomendando a sus alumnos que no aprendan las palabras sino los conceptos de textos o conferencias. Ignoran que hay muy poca diferencia entre aprender palabras y recitar conceptos. Son dos operaciones igualmente mecánicas. Lo que importa es aprender a pensar, a utilizar nuestros propios sesos para el uso a que están por naturaleza destinados y a calcar fielmente la línea sinuosa y siempre original de nuestro propio sentir, a ser nosotros mismos, para poner mañana el sello de nuestra alma en nuestra obra.

Don Francisco Giner no creía que la ciencia es el fruto del árbol paradisíaco, el fruto colgado de una alta rama, maduro y dorado, en espera de una mano atrevida y codiciosa, sino una semilla que ha de germinar y florecer y madurar en las almas. Porque pensaba así hizo tantos maestros como discípulos tuvo.

Detestaba don Francisco Giner todo lo aparatoso, lo decorativo, lo solemne, lo ritual, el inerte y pintado caparazón que acompaña a las cosas del espíritu y que acaba siempre por ahogarlas. Cuando veía aparecer en sus clases del doctorado -él tenía una pupila de lince para conocer a las gentes- a esos estudiantones hueros, que van a las aulas sin vocación alguna, pero ávidos de obtener a fin de año un papelito con una nota, para canjearlo más tarde por un diploma en papel vitela, sentía una profunda tristeza, una amargura que rara vez disim1uaba.

Llegaba hasta a rogar les que se marchasen, que tomasen el programa H el texto B para que, a fin de curso, el señor X los examinase. Sabido es que el maestro no examinaba nunca. Era don Francisco Giner un hombre incapaz de mentir e incapaz de callar la verdad; pero su espíritu fino, delicado, no podía adoptar la forma tosca y violenta de la franqueza catalana, derivaba necesariamente hacia la ironía, una ironía desconcertante y cáustica, con la cual no pretendía nunca herir o denigrar a su prójimo, sino mejorarle. Como todos los grandes andaluces, era don Francisco la viva antítesis del andaluz de pandereta, del andaluz mueble, jactancioso, hiperbolizante y amigo de lo que brilla y de lo que truena. Carecía de vanidades, pero no de orgullo; convencido de ser, desdeñaba el aparentar. Era sencillo, austero hasta la santidad, amigo de las proporciones justas y de las medidas cabales. Era un místico, pero no contemplativo ni extático, sino laborioso y activo. Tenía el alma fundadora de Teresa de Ávila y de Íñigo de Loyola; pero él se adueñaba de los espíritus por la libertad y por el amor. Toda la España viva, joven y fecunda acabó por agruparse en torno al imán invisible de aquél alma tan fuerte y tan pura.

... Y hace unos días se nos marchó, no sabemos adónde. Yo pienso que se fue hacia la luz. Jamás creeré en su muerte. Sólo pasan para siempre los muertos y las sombras, los que no vivían la propia vida. Yo creo que sólo mueren definitivamente - perdonadme esta fe un tanto herética-, sin salvación posible, los malvados y los farsantes, esos hombres de presa que llamamos caciques, esos repugnantes cucañistas que se dicen políticos, los histriones de todos los escenarios, los fariseos de todos los cultos, y que muchos, cuyas estatuas de bronce enmohece el tiempo, han muerto aquí y, probablemente, allá, aunque sus nombres se conserven escritos en pedestales marmóreos.

Bien harán, amigos y discípulos del maestro inmortal, en llevar su cuerpo a los montes del Guadarrama. Su cuerpo casto y noble merece bien el salmo del viento en los pinares, el olor de las hierbas montaraces, la gracia alada de las mariposas de oro que juegan con el sol entre los tomillos. Allí, bajo las estrellas, en el corazón de la tierra española reposarán un día los huesos del maestro. Su alma vendrá a nosotros en el sol matinal que alumbra a los talleres, las moradas del pensamiento y del trabajo.

jueves, 17 de octubre de 2019

Antonio Machado - A Narciso Alonso Cortés

(fragmento)

Poeta, que declaras arrugas en tu frente,
tu noble verso sea más joven cada día;
que en tu árbol viejo suene el canto adolescente,
del ruiseñor eterno la dulce melodía.

jueves, 10 de octubre de 2019

Antonio Machado - Proverbios y cantares LII

Discutiendo están dos mozos
si a la fiesta del lugar
irán por la carretera
o campo traviesa irán.
Discutiendo y disputando
empiezan a pelear.
Ya con las trancas de pino
furiosos golpes se dan;
ya se tiran de las barbas,
ya se las quieren pelar.
Ha pasado un carretero,
que va cantando un cantar:
"Romero, para ir a Roma,
lo que importa es caminar;
a Roma por todas partes,
por todas partes se va".

Antonio Machado - Proverbios y cantares LIII

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Antonio Machado - Proverbios y cantares XLIV

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

domingo, 6 de octubre de 2019

Antonio Machado - Allá en las tierras altas

Allá, en las tierras altas,
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, entre plomizos cerros
y manchas de raídos encinares,
mi corazón está vagando, en sueños...

¿No ves, Leonor, los álamos del río
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco; dame
tu mano y paseemos.
Por estos campos de la tierra mía,
bordados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
triste, cansado, pensativo y viejo.

jueves, 3 de octubre de 2019

Antonio Machado - A un olmo seco

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Soria 1912
 

Antonio Machado - La tierra de Alvargonzález

Al poeta Juan Ramón Jiménez

Castigo 
I
  Aunque la codicia tiene
redil que encierre la oveja,
trojes que guardan el trigo,
bolsas para la moneda,
y, garras, no tiene manos
que sepan labrar la tierra.
Así, a un año de abundancia
siguió un año de pobreza.

martes, 1 de octubre de 2019

Antonio Machado - A orillas del Duero

(fragmento)

El Duero cruza el corazón de roble
de Iberia y de Castilla.
¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aun van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!

Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?



miércoles, 4 de septiembre de 2019

José Saramago - Otoño

Não é agora Verão, nem me regressam
Os dias indiferentes do passado.
Já Primavera errada se escondeu
Numa dobra do tempo amarrotado.
É tudo quanto tenho, um fruto só,
Sob o calor de Outono amadurado.

(No es ahora verano, ni me regresan
Los días indiferentes del pasado.
La primavera errada se ha escondido
En un pliegue del tiempo arrugado.
Es todo cuanto tengo, un fruto solo,
Bajo el calor de otoño madurado.)


lunes, 29 de julio de 2019

Sylvia Plath - La campana de cristal

(fragmento)

Vi mi vida extendiendo sus ramas frente a mí como la higuera verde del cuento.

De la punta de cada rama, como si de un grueso higo morado se tratara, pendía un maravilloso futuro, señalado y rutilante. Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos y otro higo era un famoso poeta, y otro higo era un brillante profesor, y otro higo era E Ge, la extraordinaria editora, y otro higo era Europa y África y Sudamérica y otro higo era Constantino y Sócrates y Atila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesiones poco usuales, y otro higo era una campeona de equipo olímpico de atletismo, y más allá y por encima de aquellos higos había muchos más higos que no podía identificar claramente.

Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ese árbol de higos, muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies.

Ángel González - Todo amor es efímero

Ninguna era tan bella como tú
durante aquel fugaz momento en que te amaba:
mi vida entera.

miércoles, 29 de mayo de 2019

Federico García Lorca - La balada del agua del mar

A Emilio Prados (cazador de nubes)

El mar
sonríe a lo lejos.
Dientes de espuma,
labios de cielo.

¿Qué vendes, oh joven turbia
con los senos al aire?

Vendo, señor, el agua
de los mares.

¿Qué llevas, oh negro joven,
mezclado con tu sangre?

Llevo, señor, el agua
de los mares.

Esas lágrimas salobres
¿de dónde vienen, madre?

Lloro, señor, el agua
de los mares.

Corazón, y esta amargura
seria, ¿de dónde nace?

¡Amarga mucho el agua
de los mares!

El mar
sonríe a lo lejos.
Dientes de espuma,
labios de cielo.


lunes, 27 de mayo de 2019

Manuel Machado - La copla

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.

Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.

Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.

Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.

viernes, 24 de mayo de 2019

Ramón de Campoamor - Humoradas

Si a comprender aspiras       
la ciencia de las puras realidades,       
hallarás que de todas las verdades,       
la mitad, por lo menos, son mentiras.

Ramón de Campoamor - Las dos linternas

- I -

   De Diógenes compré un día       
la linterna a un mercader;       
distan la suya y la mía       
cuanto hay de ser a no ser.       
   Blanca la mía parece;       
la suya parece negra;       
la de él todo lo entristece;       
la mía todo lo alegra.       
   Y es que en el mundo traidor       
nada hay verdad ni mentira:       
«todo es según el color       
del cristal con que se mira».       


- II -

   -Con m linterna -él decía-,       
no hallo un hombre entre los seres-.       
¡Y yo que hallo con la mía       
hombres hasta en las mujeres!       
   ¡El llamó, siempre implacable       
fe y virtud teniendo en poco,       
a Alejandro, un miserable,       
y al gran Sócrates, un loco.       
   Y yo ¡crédulo!, entretanto,       
cuando mi linterna empleo,       
miro aquí, y encuentro un «santo»:       
miro allá, y un «mártir» veo.       
   ¡Sí!, mientras la multitud       
sacrifica con paciencia       
la dicha por la virtud       
y por la fe la existencia,       
   para él virtud fue simpleza,       
el más puro amor escoria,       
vana ilusión la grandeza,       
y una necedad la gloria.       
   ¡Diógenes! Mientras tu celo       
sólo encuentra sin fortuna,       
en Esparta algún «chicuelo»       
y hombres en parte ninguna,       
yo te juro por mi nombre       
que, con sufrir el nacer,       
es un héroe cualquier hombre,       
y un ángel toda mujer.       


- III -

   Como al revés contemplamos       
yo y él las obras de Dios,       
Diógenes o yo engañamos.       
¿Cuál mentirá de los dos?       
   ¿Quién es en pintar más fiel       
las obras que Dios crió?       
El cinismo dirá que él;       
la virtud dirá que yo.       
   Y es que en el mundo traidor       
nada hay verdad ni mentira:       
«todo es según el color       
del cristal con que se mira».

Ramón de Campoamor - El baile

Mas ¿adónde está el alma que no enferma
de impuras fiestas el vapor liviano?
No hay castos pensamientos que no aduerma
dulce vaivén de cariñosa mano.

Antonio Gamoneda Sánchez - Canción de una mañana de julio


No te duela, Señor, si tu nombre profano;
mi alma se ha fundido con la Naturaleza,
y dentro de mi alma en un altar pagano
rindo culto a la eternidad de la Belleza.

(...)

martes, 21 de mayo de 2019

Pepín de Pría - En Cuevas del Mar

[...]

Va la lluna amiyando, cayendo,
y l'aurora, 'ntamando asomar,
pe l'arena fresquina espardiendo
so llume al riscar;
van la Xana y les otres fuxendo....
coyidines del mantu d'Aglaya
dexando la playa
de Cueves del Mar,
y aloxando so dulce cantar,
bur bur del rumor
del agua al rollar,
q'arruxinda con pena y dolor...
-Yo bordo la mar...
-Yo bailo na flor...
-Yo puedo atropar,
coller y llevar
suspiros d'amor.


Teodoro Cuesta - Glorias de Asturias

¡Asturies de mio amor!... ¡Xoya brillante!...
por mucho bien que cante
el más tienru mortal, ¡taráte agraviu!...
pa rellatar tos glories pelegrines,
al son d'apres devines,
barrunto e menester devino llabiu.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Benito Jerónimo Feijoo - Principado de Asturias: La cruz de los ángeles

Nueva cruz mi amante anhelo
halla en la muerte que lloro;
pero para mi consuelo,
la que gimo y la que adoro
ambas vinieron del cielo.

martes, 14 de mayo de 2019

Miguel Hernández - Cancionero y romancero de ausencias 22

Cada vez más presente.
Como si un rayo raudo
te trajera a mi pecho.
Como un lento, rayo
lento.
Cada vez más ausente.
Como si un tren lejano
recorriera mi cuerpo.
Como si un negro barco
negro.

domingo, 5 de mayo de 2019

Juan Carlos Pajares - En los cauces más humildes se orilla el Cosmos

Brotan sendas junto a las corrientes y el aire discurre por la misma herida como si una sola voz zurciera los caminos.

Hasta los cauces más umbríos se llegan las constelaciones.

En sus orillas se mecen panes sagrados, zarzas colonizan el abandono, palpitan extensos páramos de cemento, lechos infinitos de ortigas, fríos artefactos y crepitan libélulas al pairo de los vientos, sortean la maraña de maleza, se perfuman de líquenes, bailan con los fresnos, mueren en los soportales.

¿Acaso no véis el fragor de la infancia suicidándose entre las salgueras, el sol esquivando las hojas, el jugo agraz del vientre de las jóvenes, el sonoro chapoteo del vadeo de las caballerías, la piel quemada, los sueños que ya no recordamos, los reflejos balbuceantes de los guijarros, la marea entrecortada de las praderas, los ojos para siempre abiertos de los ajusticiados bajo las torrenteras?

Funambulistas titubeantes sobre los hilos de plata de las tejedoras y esa angustia estelar de lo que se disgrega y muta.

A los cauces más oscuros se vinieron las altas candelas de la noche.

Salva Soler - Rotas

Todo se rompió tras un golpe. Tan certero.
Pero me mantuve firme en forma.
Como se mantienen los pedazos de un espejo
esperando a que uno solo caiga
para desplomarse entero.
Me mantuve resquebrajado
permitiendo, incluso,
que otros se reflejaran en mi ejemplo.

Y ahora
que apareces de imprevisto,
resquebrajados ya
mi casa, mi entorno,
mis antes, mi base,
mi bolsillo, mi ropa...
Ahora
que amenazas, incluso,
con importarme:
Me escondo las mangas del jersey
para que no veas que están rotas.
Me escondo las suelas
para que no veas que están rotas.
Me escondo el orgullo
para que no veas que está roto.
Me escondo la ilusión
para que no veas que está rota.

Y me escondo la necesidad
para que no veas
que está intacta.

Y me repelo
al preferir seguir viendo mi cara
reflejada entre mil grietas
a arriesgarme a sentir
tus manos tan cercanas,
que pudieran,
en una caricia,
en un entrelazo
o en una despedida,
darme el último golpe,
el tan certero,
que derrumbara
mi telaraña de pedazos,
contra el suelo.

martes, 23 de abril de 2019

Antonio Machado - Al borde del sendero

Al borde del sendero un día nos sentamos.
Ya nuestra vida es tiempo, y nuestro sola cuita
son las desesperantes posturas que tomamos
para aguardar... Mas Ella no faltará a la cita.

lunes, 22 de abril de 2019

Federico García Lorca - Pequeño vals Vienés

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del "Te quiero siempre".

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orilla tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.


domingo, 21 de abril de 2019

James Oliver Curwood - The greatest thrill

The greatest thrill is not to kill, but to let live.

(Hay un placer mayor que matar, dejar vivir.)

martes, 16 de abril de 2019

Borja Martín - La tierra que pisamos

Navia

Muchas generaciones han pasado
por estas tierras brunas del presente.
Ayer, como otros tiempos,
se fue dejando un gusto amargo de nostalgia.
De todos está hecha nuestra tierra.
Dedicaron sus vidas al ejercicio honrado
de su especialidad: Dejar los campos verdes
para su descendencia,
hacer leyes de pobres y de ricos,
curar enfermedades,
y ser los narradores de su tiempo.
Conocieron la dicha y la tristeza,
fundaron sus familias,
y amaron cada noche de gloria con el vino.
Son hombres y mujeres también, al fin y al cabo,
y son muy parecidos a nosotros.
A veces les escucho,
escucho sus historias, sus consejos,
pero es un eco tenue su llamada.

No importa quiénes fueran, ni sus nombres,
todos son parte del pasado eterno,
dormitan ya sus huesos
-como dormitarán nuestros huesos mañana-
la tierra que pisamos.

jueves, 11 de abril de 2019

Borja Martín - Egeria

Entonces estuvimos siempre juntos
en un largo verano. Y tú, mujer de mar,
tú me enseñaste el nombre de las calles
de la ciudad y sus secretos de oro.

Mas yo, un hombre de tierra,
no supe navegar, seguir el mismo rumbo
que dictaban tus olas.
                                            Me quedé
mirándote escapar al horizonte
como un naúfrago en tierra
que nunca llegará a apreciar el mar.

lunes, 1 de abril de 2019

Albert Camus - El mito de Sísifo

No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.

martes, 26 de marzo de 2019

Elvira Sastre - Infección

Infesta burla de la vida,
maldita tristeza.
Suicida alimaña
que solo busca torturar el alma
en el regocijo de su putrefacción.
Vomitivo ataque
que refugiándose en una arcada sobrevive
y se hace con el aire,
impregnando hasta el aliento de una voz.
Y ni te matan ni matas:
solo deshaces, diluyes y destruyes.
Y aun así te salvas
en la inspiración de derruidos poetas,
manos muertas que te expulsan rotas de dolor;
en palabras destrozadas,
vomitadas en frases mordidas por el tiempo;
en miradas que sentencian muerte,

            disyuntiva entre tu cuerpo y el mío.

lunes, 18 de marzo de 2019

Albert Camus - Calígula

(fragmento)

 - Pero ¿qué es el amor? Poca cosa. Esta muerte no supone nada para mí, te lo juro; simplemente me indica una verdad, una verdad que me lleva a desear la luna. Es una verdad sumamente clara y sencilla, y aunque sea un poco tonta, cuesta descubrirla y también sobrellevarla.

 - ¿Y cuál es esa verdad, Cayo?

 - Los hombres mueren y no son felices.

lunes, 18 de febrero de 2019

Maurice Chappaz - La alta ruta

(fragmento)

...mientras no dejamos de mirar boquiabiertos hacia atrás, con un ojo por encima del hombro hacia los colosos que se desvanecen, tres cimas que nos miran, que huyen una detrás de la otra. ¿Es que alguien puede creer en el inmenso Arriba blanco sin haberlo visto?


miércoles, 16 de enero de 2019

Alan Durning - Lo suficiente

Aceptar la vida con lo suficiente en lugar de lo excesivo ofrece un retorno cultural al hogar humano: el antiguo orden de la familia, la comunidad, el buen trabajo, la buena vida; a la reverencia por la habilidad, la creatividad y la creación; a una cadencia diaria cuya lentitud permita sentarse a mirar la puesta de sol y pasear a orillas del agua; a las comunidades donde vale la pena pasar la vida; a las localidades preñadas con la memoria de las generaciones.

miércoles, 2 de enero de 2019

Sílvia Pérez Cruz - Não Sei

Fecho os olhos para lembrarme de você,
com as mãos agarro o violão,
tenho medo de esquecer de você, meu pai...
Voaria pra chegar até ao céu,
passear contigo e conversar;
abraçada eternamente, abraçados...

Não sei, não sei, não sei,
eu juro que não sei,
quero aprender que é o que eu tenho que fazer
para conseguir te renascer.
Eu sei, eu sei, ja sei,
a saudade o que é?
É um coração todo feito de papel,
você está perto,
você está longe.

Passa o dia,
passa a noite,
passa o "tren".
A primavera,
e a vida inteira passa,
tanto tempo para chorar por você,
de mais.

Obrigada dos viagens sonhados,
de cantar contigo e perceber
que é o que passa mais o menos
na tua cabeça.

Não sei, não sei, não sei,
eu juro que não sei,
quero aprender que é o que eu tenho que fazer
para conseguir te renascer.
Eu sei, eu sei, ja sei,
a saudade o que é?
É um coração todo feito de papel,
você está perto,
você está longe.

Não sei, não sei, não sei,
eu juro que não sei,
quero aprender que é o que eu tenho que fazer
para conseguir te renascer.
Eu sei, eu sei, ja sei,
a saudade o que é?
É um coração todo feito de papel,
você está perto,
você está longe.
está longe...